Exteriores de I.E Chuquisengo se han convertido en botadero
El buen estado de salud es un derecho constitucional, sin embargo, esto solo parece ser letra muerta al momento de afrontar nuestra realidad, incluso en la ciudad de Tarapoto.
En la parte baja de la ciudad, se ubica la I.E. Miguel Chuquisengo Ramírez, para ser más específicos en la cuadra 12 de Jr. Martínez de Compañón, pese a que la calle lleva el nombre del fundador de nuestra ciudad, el tiempo parece haberse congelado en este lugar, hasta el momento no se ha ejecutado el proyecto de cunetas, veredas y pistas en esta zona.
Muchos han sido los políticos que han pasado por la municipalidad y poco o nada pudieron hacer para cambiarle la cara a esta parte de nuestra ciudad, como si no fuera suficiente con el olvido, un problema que se ha ido acrecentando con el pasar del tiempo es la salud pública.
La erosión de las lluvias ha provocado que en el lugar se hagan cada vez más grandes los zanjones que fungen de cunetas naturales al momento de discurrir las aguas de la zona alta de la ciudad, haciendo que su dimensión con el pasar del tiempo sea mayor.
Además de eso, también se han convertido en un centro constante de acopio de basura de todo tipo, vísceras de pollo, desmonte, restos químicos, entre otros desperdicios abundan a escasos metros de la institución educativa, poniendo en riesgo la salud de los alumnos que acuden a estudiar.
Marco Antonio Riasto, director del Colegio Chuquisengo, manifestó que muchas han sido las promesas que solo han quedado en meras palabras. “Cuando uno va a pedir información siempre señalan que la obra no avanza por la falta de presupuesto, hay más promesas que obras, no solo se prometió la mejora de la cuneta, sino también el techado del colegio”, indicó el docente.
El director refirió que las malas condiciones del área es un riesgo latente para la propia infraestructura educativa, debido a que esta podría colapsar por la falta de mantenimiento. “Hago una llamado a tomarle verdadera importancia a esta crítica situación”, señaló.
